Desde aquí quiero manifestar mi más absoluto rechazo a la Directiva que pretende ampliar la jornada laboral hasta 65 horas semanales. Rechazo cualquier iniciativa que merme los derechos de los trabajadores y que en definitiva vaya en detrimento del progreso y de la construcción de la Europa social que todos queremos.
En este sentido, ya es inadmisible pensar sólo en la posibilidad de que por un lado incumplamos los tratados suscritos con la OIT y por otro nos saltemos los derechos que nuestra Constitución y el Estatuto de los Trabajadores nos otorgan. Es por tanto un retroceso en la historia de España y mundial: volveríamos pues al siglo XIX y todas estas mejoras sociales adquiridas a lo largo del tiempo desaparecerían como si no hubiera pasado nada.
Si esta medida sale adelante, no sería una victoria de nadie sino más bien el fracaso más estrepitoso de todos. Tras la implantación de los Estados del Bienestar en Europa a la par que la integración de los países que ahora formamos la Unión, no nos podemos permitir que ese trabajo por un modelo que nos ha dado muchos años ya de prestaciones y avanzas sociales, caiga en saco roto.
En este sentido, ya es inadmisible pensar sólo en la posibilidad de que por un lado incumplamos los tratados suscritos con la OIT y por otro nos saltemos los derechos que nuestra Constitución y el Estatuto de los Trabajadores nos otorgan. Es por tanto un retroceso en la historia de España y mundial: volveríamos pues al siglo XIX y todas estas mejoras sociales adquiridas a lo largo del tiempo desaparecerían como si no hubiera pasado nada.
Si esta medida sale adelante, no sería una victoria de nadie sino más bien el fracaso más estrepitoso de todos. Tras la implantación de los Estados del Bienestar en Europa a la par que la integración de los países que ahora formamos la Unión, no nos podemos permitir que ese trabajo por un modelo que nos ha dado muchos años ya de prestaciones y avanzas sociales, caiga en saco roto.
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