Cádiz afronta su futuro con optimismo. Un futuro prometedor que se abre paso con la celebración del Bicentenario de la Constitución de 1812. Estamos ante una extraordinaria oportunidad para que nuestra provincia proyecte aún más su imagen y nos refrendemos como la capital de la libertad y la democracia.
A punto de finalizar 2008 podemos decir que vamos por buen camino, pero es necesario hacer un esfuerzo para no desviarnos del itinerario con discusiones partidistas estériles. Con la creación del Consorcio para la Conmemoración del Bicentenario y con el trabajo y el apoyo decidido de todas las administraciones implicadas conseguiremos que esta efeméride sea un verdadero revulsivo económico, social y cultural, no sólo para la ciudad, sino también para toda la provincia.
Nada de eso es nuevo. Lo que sí es nuevo es que las instituciones que participamos en la organización del Bicentenario, incluyamos en esta celebración a la juventud. Ésta es una ocasión única para hacerles partícipes de la celebración de esos valores. Conociéndolos, actualizándolos, identificándose con ellos y aproximándolos a su realidad social.
De ahí que el Ministerio de Igualdad, a través del Instituto de la Juventud, haya querido sumarse a la conmemoración del Bicentenario de la Constitución de Cádiz. Y que lo haga con un Plan de Acción que pretende divulgar los valores constitucionales entre los jóvenes, y que será desarrollado por el Consorcio. Hemos empezado con una campaña de comunicación para llamar la atención y hacer reflexionar a los jóvenes, y a los no tan jóvenes. Los mensajes de la misma pretendían provocar una reflexión sobre cómo serían nuestras vidas si derechos como el de reunión y asociación, la libertad de expresión o el voto de las mujeres no existiesen.
En una segunda fase de la campaña se incorpora la Resistencia 2012: un grupo ficticio que se niega a perder esos derechos e invita a la juventud a defenderlos. Como herramienta de comunicación y participación se utiliza una página web, http://www.resistencia2012.org/, con el objetivo de obtener suficientes apoyos para que los valores constitucionales prevalezcan y el espíritu de 1812 siga resistiendo ahora y en el futuro. La Pepa resiste: ese es el lema que utilizamos a partir de hoy y bajo el que se impulsarán todas las actividades que desarrollaremos a lo largo de estos cuatro años para difundir los valores democráticos entre los jóvenes.
Toda Constitución es un ejercicio de prospectiva, el resultado de imaginar un futuro. Por eso las Constituciones deben estar escritas, sobre todo, para las generaciones siguientes, para los jóvenes, para el futuro. No es extraño, pues, que queramos aprovechar el Bicentenario para que los jóvenes conozcan bien sus derechos para poder cumplir mejor con sus obligaciones.
Esa es la máxima que inspira la celebración de la Pepa con los jóvenes. Que la juventud sea consciente de lo que ha costado conseguir los derechos y las libertades que hoy disfrutamos.
Porque los éxitos jamás se regalan. Se conquistan con el precio del coraje. Y la paz, la libertad, la democracia, los derechos de los que disfrutamos desde hace tres décadas de manera continuada, los obtuvimos gracias a la generosidad de todos y al valor de muchos.
En esa lenta escalada hacia la conquista de nuestras libertades, el último peldaño lo subimos, hace ahora 30 años, con la Constitución del 1978. Pero el primero lo subimos en 1812, en San Fernando y en Cádiz. Y eso tiene que saberlo hasta el último joven gaditano.
Por eso el valor del Bicentenario no es sólo su crucial significado político o su influencia en otros textos constitucionales. Su valor social es también el valor de la resistencia de un pueblo que se negaba a perder sus derechos y sus libertades ante el enemigo invasor y, también, ante la opresión absolutista.
Esa es la resistencia 2012. Las más de 10.000 visitas en dos semanas a la Web de la resistencia, los apoyos, las críticas, los posicionamientos políticos… Todo ha dado y seguirá dando sus frutos.
Necesitamos celebrar 2012 con la llegada de la alta velocidad, con el segundo puente, con el Faro de las Libertades, pero también con una juventud con valores. Que aprecien lo que significa la democracia y lo que Cádiz representa en la historia por la conquista de esos derechos; el papel de Cádiz en la historia de España.
El inmovilismo no es prudencia; la parálisis no es sensatez; embalsamar los valores constitucionales no es amarlos. Lo prudente es avanzar; lo sensato es adaptarse a las nuevas realidades; amar la Constitución es darle vida, debatirla, incorporar la mirada de los jóvenes, que la hagan suya.
El fracaso o el éxito de una sociedad se miden en buena parte por la capacidad de la misma para acoger en su seno e implicar a la generación siguiente.
A esta tarea y a recobrar una ciudad con vocación universal, cosmopolita, viva e ilustrada, me uno, como ministra y como gaditana.
Bibiana Aido, Ministra de Igualdad.
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